A la entrada del verano ya hablamos sobre los refrescos
azucarados, la pretendida alternativa de los refrescos light y la correcta
hidratación en un post que titulé “El peso de las bebidas refrescantes”. Pero
este es un tema que da mucho que hablar e incluso que legislar, porque una cosa es el
consumo ocasional de un refresco pero cuando ello pasa de ser un hábito esporádico
a una costumbre diaria, comienzan algunos problemas.
Una página web “montones de azúcar” nos ilustra gráficamente el contenido
azucarado de algunos refrescos, que
prácticamente es semejante para todos ellos. Tomo prestado el siguiente ejemplo:
Se necesita aproximadamente una hora de
caminata a 3,2 Km/h, o montar en bicicleta a 10 Km/h para eliminar las 240 kilocalorías
que un refresco azucarado de medio litro puede contener. ¿Os figuráis a alguien
capaz de tomar estos azucarillos?
Con estos antecedentes no resulta extraño que se hayan promovido diversas regulaciones para los refrescos: su salida de las
escuelas, impuestos, el control de las máquinas expendedoras de alimentos y
bebidas, etc. Así Francia desde el 1 de enero, aplica un impuesto sobre los refrescos azucarados y
edulcorados que gravar con 3,58 euros cada hectolitro de refresco, lo
que le supone al consumidor pagar por una lata de refresco con azúcar o con
edulcorante un céntimo adicional. Se une a Finlandia o Nueva York que con
diferentes acentos aplican también algún gravamen sobre los refrescos. A
finales de agosto una noticia de prensa nos anunció que el
Gobierno italiano también estaba estudiando instaurar un nuevo impuesto sobre
las bebidas alcohólicas que lleven azúcar y los refrescos edulcorados. La tasa
gravaría con 7,16 euros cada 100 litros comercializados para estas últimas.
Sinceramente cuando empezó la “moda” de poner monedas a
los carritos de los supermercados (esto fue en el siglo pasado) pensé que
alguien había evaluado convenientemente el “precio” del desorden o desidia que
adjudicábamos a no dejar este artilugio en su sitio, en 100 pesetas lo que
equivale a 60 céntimos (hoy el rango es semejante entre 50 céntimos y 1 euro). Esto
me viene al pensamiento porque creo que ese incremento de precio es poco persuasivo
y dudo que disuada a los consumidores habituales de refrescos de nada.
El
Grupo de Educación Sanitaria y Promoción de la Salud del PAPPS en su blog se
plantea en su post ¿Hay que regular las bebidas azucaradas? (1) este tema a
raíz de las discusiones aparecidas en un artículo del New England Journal of
Medicine a favor o en contra de esta
medidas.
Algunos
países presentan con la obesidad (y la diabetes) un importante enemigo para su
salud y es que su alimentación también tiene peculiaridades que esta foto de Peter
Menzel & Faith D’Aluisio en Hungry Planet, deja en clara evidencia. En ella
se representa el consumo alimentario semanal de un familia y es sorprendente el
consumo de refrescos que representa. Las bebidas azucaradas son la
principal fuente de calorías en la dieta de los mexicanos.
Quiero dejaros con un video muy ilustrativo que Miguel A Mañez comparte en su blog Salud con cosas. Se trata de una contra-campaña contra los refrescos
azucarados, una historia llamada “Los Osos Verdaderos”. En esta animación, una
familia de osos consumidores de bebidas refrescantes experimenta los problemas
de salud relacionados con este hábito: aumento de peso, caries dentales, diabetes tipo 2, etc... Alex Bogusky, uno de sus creadores fue jefe de las campañas publicitarias de Coca
Cola Zero, Burger King y un pionero en campañas publicitarias contra el tabaco.
Una recurso estupendo para motivar un debate entorno a este tema.
Lo que más llama la atención a las personas que no están familiarizadas con la obesidad y el consumo de refrescos azucarados es el peso que tienen estas bebidas en países en vías de desarrollo, no pueden ser tachados como único motivo, pero uno de tantos factores que acaba provocando que la obesidad ya no sea cosa de ricos.
ResponderEliminarAdemás, al igual que ocurre con la industria tabacalera, las industrias que regentan "este negocio" no cesan sus esfuerzos en hacerse presente en todos los sectores donde puedan hacer fieles consumidores. Un ejemplo, muchos de los pueblecitos de Mexico tienen su cartel de bienvenida patrocinado por la poderosa marca de las colas (¿adivinas que forma tienen estos carteles?).
EliminarLa obesidad en países desarrollados se da con mayor frecuencia en los estratos sociodemográficos menos favorecidos pero en los países menos desarrollados tiene su mayor presencia en los grupos de mayor nivel sociodemográfico.
Una aproximación sociológica: me pregunto que si cuando algunas personas se trasladan de país a uno mas desarrollado (por el motivo que sea) una forma de sentirse en un status superior no sea su demostración física "del ahorro" (económico y energético).
Un saludo.
Excelente entrada, Joan, como siempre. Gracias por tus palabras y enhorabuena por tu labor.
ResponderEliminarUna abraçada!
Julio
La intención no es más pretenciosa que compartir información (rigurosa y útil) y recursos a todos aquellos a los que nos parece que contagiar SALUD es una importante tarea. Y por supuesto a cualquier lector dl blog. Cualquier comentario y complementación a las ideas expuestas son muy bienvenidas.
EliminarSalutacions
Es máxima actualidad, Joan. Magnífico enfoque. Enhorabuena
ResponderEliminarGracias por tus palabras. Espero que esto sea un modesto grano de arena en el océano de un tema tan importante como es el abuso de las bebidas refrescantes.
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