La obesidad no ha tenido siempre la misma consideración social, ni estética ni sanitaria. Pero no voy a remontarme a la prehistoria donde constatamos, a través de las llamadas Venus de Willendorf o de Laussel, la representación de la obesidad como símbolo de fecundidad y subsistencia, como si se tratara de una invocación para que no se extinguiese la especie. Quiero referirme a cuando la escasez de alimentos era la tónica dominante y el exceso de grasa corporal se configuraba como una demostración de riqueza. Aún actualmente en ciertos países, como en Nigeria, las mujeres más adineradas acuden a “centros de sobrepeso” antes de casarse y, además, los hombres buscan aquellas mujeres “de peso excedido” para que nadie pueda dudar de su estatus económico.
O por ejemplo, a las novias en Mauritania se les somete al “leblouh” que, básicamente, consiste en llevar a la mujer a lo que se puede considerar "granjas de engorde”. En ellas se les provee de la friolera de 16000 kcal diarias a partir de cereales (2 kg), dos tazas de mantequilla y una cantidad importante de leche de camella. Por fortuna las jóvenes mauritanas ya han empezado a rebelarse contra tal práctica. Pero tradiciones parecidas también han sido observadas en otras latitudes. Entre las etnias del pacífico sur (norte de Australia) a mediados del pasado siglo XX se recluían a las mujeres pretendientes del patriarca en unas "jaulas" y eran alimentadas (o mejor dicho "cebadas") con yuca y tapioca hasta lograr pesos por encima de los 120 kg que las hicieran deseables por estos poderosos de la tribu. Si queréis ver un documental sobre el tema, de los años 60, pinchad aquí. Un lector de este post Fabrizio Alberto Zingarello aporta "no hace falta ir tan lejos para encontrar un ejemplo de sociedad pro-obesogénica" haciendo alusión a una reciente investigación que se lleva a cabo en población de etnia gitana en Euskadi.
Los estudios apuntan a que el nivel socio-económico queda asociado como un determinante de obesidad, pero lo contrario también podría ser cierto: el exceso de peso podría condicionar el nivel socio-económico. Un clásico estudio con mujeres de EEUU observó que aquellas que presentaban sobrepeso se casaban menos, tenían menos ingresos familiares, mayores tasas de pobreza y eran las que completaban menos años de estudios. Pudiendo todo ello a contribuir a su estigmatización y a la existencia de prejuicios alrededor del sobrepeso.
Me he quedado sorprendido al ver la facilidad que he tenido para encontrar los seres humanos más obesos. Era una curiosidad. Y es que en este mundo, donde la competitividad y la arrogancia por salir en un libro de records está al orden del día, podemos ver los sujetos más pesados de la especie humana ( “Top 10 of everything 2010” de Russell Ash)
- Carol Yager (1960-1994) de Michigan (EEUU), alcanzó un máximo peso de 726 kilos durante su corta vida, ya que murió (con 544 kg) a los 34 años.
- Jon Brower Minnoch (1941-1983) de Seattle-Washington (EEUU), ha sido el hombre más pesado del que se tienen datos, habiendo llegado su peso a 635 kg.
- Manuel Uribe Garza (1965- ) de México. Es el hombre con mayor peso, vivo, del mundo. Según el Libro Guinness de los Records, ha llegado a pesar 560 kilos. Sometido a dietas y tratamientos para adelgazar, controladas, consiguió perder 215 kg.
- Rosalie Bradford’s (1943-2006) llegó a tener un peso máximo de 544 kg; aunque en 1987 llego a disminuir notablemente su peso a 128Kg., lo que le valió ser reconocida por Guiness, por tener tal disminución en su peso.
- Walter Hudson (1944-1991) Brooklyn, New York. Llego a tener un peso maximo de 543 kg. en 1987.
La obesidad ha sido objeto también de interpretaciones varias. Lejos van quedando las teorías de los "vasos comunicantes" de la era industrial donde los capitalistas o patrones vampirizaban el trabajo, la grasa, las carnes y la economía de los obreros. O lecturas mas simplistas, arriesgadas y menos "correctas" referidas al género, donde hemos pasado de la voluptuosidad de Las tres Gracias de Rubens a explicaciones, más o menos fundamentadas, en el que los comentarios son que las mujeres engordan a partir del "matrimonio" mientras los hombres presentan sus mayores incrementos de peso tras las "rupturas sentimentales".
Pero actualmente otros ligazones son asociados con la imagen del normopeso que queda en estos momentos ligada al éxito, al autocontrol y la sociedad actual se ha vuelto "obesífoba". Si esto es así ¿qué le estamos adjudicando a la persona manifiestamente obesa?
Los obesos han sido considerados poco menos que vagos, faltos de fuerza de voluntad, dormilones e incapaces de dejar de comer. Sólo una característica positiva se les ha adjudicado "la felicidad" y "la simpatía".
Los obesos han sido considerados poco menos que vagos, faltos de fuerza de voluntad, dormilones e incapaces de dejar de comer. Sólo una característica positiva se les ha adjudicado "la felicidad" y "la simpatía".
Visto lo visto nos queda mucho por comprender de la interacción entre estilos de vida y genética para entender la obesidad pero también deberemos intentar olvidar todos los lastres preconcebidos que conlleva la estigmatización de la obesidad. Con ello conseguiremos no sólo la reversión de esta patología desde el punto de vista físico y psíquico sino también social, aspecto que en no pocas ocasiones se queda en el desvan olvidado.
Os dejo con la canción "Bailando ska la panza se te va" de Strombers.
726kg!?! Jamás me lo hubiese imaginado! Qué barbaridad!
ResponderEliminarNo hace falta ir tan lejos para encontrar un ejemplo de sociedad pro-obesogénica: http://ciencia.elcorreo.com/bichos-humanos/2012-02-16/obesidad-senal-poderio-gitano-20120216.html
Enhorabuena por el post!
Un saludo!
Estimado Fabrizio,
ResponderEliminaresta epidemia que ya es pandemia está como constatas presente en nuestro entorno, a través de diferentes ejemplos. No conocía este estudio que leeré. Gracias por tu aportación que incluiré en el cuerpo del post. Un saludo.
Cierto que nuestra sociedad tiene tics obesífobos, pero al mismo tiempo tiende a ser obesogénica. Lo cual confirma lo que apuntas: que algunas reacciones en contra de la obesidad están relacionadas con el rechazo de tipo social más que con el hecho de que sea perjudicial para la salud.
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