miércoles, 30 de enero de 2013

Dr. Jekyll y Mr. Hyde

Gabriel Cornelius Max (Praga,1840-Munich,1915) 


El consumo del alcohol está arraigado fuertemente en nuestra cultura aunque su uso no está exento de problemas. Esta circunstancia, arraigo y problemas, aparentemente contradictoria es especialmente polémica cuando hablamos de una sustancia que estando relacionada con la alimentación no es un nutriente. Su nombre viene del árabe y significa "el espíritu".




Resulta curioso que una sustancia que nuestro organismo no sabe metabolizar, esté tan presente en nuestra sociedad y se ingiera con tanta profusión y normalidad.

Cuando hablamos de alimentos básicos y los veo sometidos a los vaivenes del mercado, al juego de sus promociones u ofertas, puedo comprenderlo. Las ofertas sobre las frutas, los alimentos saludables o alimentos de primera necesidad deberían ser motivo de incentivación en estos complicados momentos de crisis. Pero este domingo me ha sorprendido un anuncio en la prensa por el acumulo de ventajas que se superponen a la venta de una cerveza. No sólo se nos halaga con el regalo de la marca, de un 14% de bebida por unidad, sino que una gran superficie en su afán de ayudarnos a superar la "cuesta de enero" nos ofrece una segunda unidad del producto a un 30% de su precio, en conclusión un litro de cerveza al precio de 0,70 €. Por cierto, recuerdas ¿cuánto cuesta un litro de leche?¿deben competir en precio estos bienes de consumo?

Lo dicho, el llamado "espíritu" presenta dos caras como una moneda o como ocurre en el relato de RL Stevenson, es un doctor Jeckyll y su alter ego, el señor Hyde.

Dr Jeckyll

Como doctor Jeckyll el alcohol presenta evidencias de asociación (protectora) con las enfermedades cardiovasculares y el paso de este mensaje a la población, no muy bien ponderado, ha sido el que ha motivado que algunos se hayan escudado en ellas para tomarse un whisky bajo la excusa de cuidar su corazón.

Un revisión sistemática con metaanálisis sobre 84 trabajos estableció que los riesgos relativos ajustados para los bebedores de alcohol en relación a los no bebedores en los modelos para los resultados de interés fueron de 0,75 (IC del 95%: 0,70 a 0,80) para la mortalidad por enfermedad cardiovascular (21 estudios), 0,71 (0,66 a 0,77) para incidente cardiopatía coronaria (29 estudios), 0,75 (0,68 a 0,81) para la mortalidad por cardiopatía coronaria (31 estudios), 0,98 (0,91 a 1,06) para el accidente cerebrovascular incidente (17 estudios), y 1,06 (0,91 a 1,23) para la mortalidad por accidente cerebrovascular (10 estudios). El análisis dosis-respuesta reveló que el riesgo más bajo de mortalidad por cardiopatía coronaria se produjo con 1-2 bebidas al día, pero para la mortalidad por ictus se produjo con menos de 1 bebida por día. El análisis secundario de la mortalidad por todas las causas mostraron un menor riesgo para los bebedores en comparación con los no bebedores (riesgo relativo 0,87 (0,83 a 0,92)).


Mr Hyde

Quizás no hemos sido capaces de explicar bien los muchísimos problemas de salud asociados al alcohol. El verdadero señor Hyde es realmente terrible por las múltiples fechorías que es capaz de hacer, aunque el doctor siga aferrándose a la frase aquella de "yo controlo".

A nivel mundial cabe recordar que el alcohol causa 2,5 millones de muertes cada año pero también causa daños que van más allá de la salud física y psíquica del bebedor. Por sus efectos sobre el sistema nervioso central y su capacidad adictiva se considera una droga psicoactiva.  Un consumo importante de alcohol presenta riesgos para la salud por su relación con alcoholismo, enfermedades hepáticas, diferentes localizaciones de cancer, incapacidades y accidentes fatales.

El consumo de alcohol ocupa el tercer lugar mundial entre los factores de riesgo de enfermedades y discapacidad; en Europa, el segundo lugar. 

Global Health Risk (WHO, 2009)

Los mensajes deben ser inequívocos y realmente no deben inducir a los no bebedores a hacerlo sino más bien a los bebedores que deben moderar o erradicar su consumo. Esta doble vertiente con tanto relaciones positivas como negativas para ciertos problemas de salud, implica cual que cualquier consejo sobre su consumo debe ser considerado de forma individualizada. No debemos realizar generalizaciones ni excepciones con las bebidas que contienen alcohol. Las consecuencias del consumo de alcohol sobre las enfermedades y accidentes están determinadas en buena medida por el volumen total de alcohol ingerido y por la forma de ingerirlo.  La dosis son acumulativas en sangre en periodos breves de tiempo, y no deben ser soslayadas por otras bondades de algunas bebidas. Por ejemplo, la promoción de eventos deportivos en los que se incentiva su participación con cerveza pueden dar lugar a equívocos importantes. Realmente estos eventos, patrocinados por las empresas cerveceras, buscan la promoción de su consumo avalado en estrategias de vida saludable amparados actualmente en el movimiento beer runners.

¿Cómo hacemos para calcular la cantidad de gramos de alcohol que hemos estado bebiendo?
Se calcula de la forma siguiente: multiplicamos la graduación alcohólica de la bebida a considerar por  8 y el resultado por la cantidad consumida expresada en litros.
Por ejemplo: una caña de cerveza (aproximadamente = 250 ml) de unos 5 grados de alcohol, aportan un total de 10 gramos de alcohol. [5 (graduación) x 8 = 40 y 40 x 0,25 (cantidad ingerida expresada en L) = 10 o lo que es equivalente una UBE].


De forma orientativa podéis haceros una idea del contenido en UBEs  de diferentes bebidas habituales siguiendo esta tabla.


Los efectos derivados de tomar una bebida alcohólica son difíciles de transmitir. Existe una teoría que propone puedan ser comunicados en términos de ganancia o pérdida de microperiodos de vida (30 minutos) o microlives según la propuesta de David Spiegelhalter, profesor de la Universidad de Cambridge. De esta forma la ingesta diaria de una unidad de bebida estándard (UBE) de alcohol (10 g) podría implicar la ganancia de un "microlive" (30 minutos de vida) pero sobrepasar esta cantidad implicaría la pérdida de un "microlive" por cada dos unidades  bebidas alcohólicas.
 
Así que debemos de ser muy cautos con el uso-abuso del alcohol cuya frontera es una delgada linea roja en lo que se refiere a la salud. Y lo digo lanzando el siguiente brindis: ¡Salud!  


4 comentarios:

  1. Gracias, Joan.
    Estoy de acuerdo. En según qué contextos la recomendación probablemente debería ser la supresión del consumo, en lugar del consumo moderado. Porque puede pasar como el del chiste en que el médico le pregunta al paciente cuánto bebe al día, y éste responde que un vaso de vino. Y añade: "pero lo lleno varias veces".
    Me tomaré una caña para pensar en ello.
    Un abrazo

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    1. La recomendación poblacional de alcohol es un tema complicado en una sociedad como la nuestra. La individual, sin embargo, es muy clara pues conoces todos los entresijos de la persona con quien interactuamos. Así que en general diríamos que para los abstemios seguir con esta situación es el mejor consejo que podemos ofrecer y para el resto, recomendar una sola bebida al día junto con una comida porque el patrón de bebida también importa. La moda ingeta tipo "botellón" (gran ingestión en poco tiempo) seguro que se hará acreedora de algún post.

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  2. Fabrizio Alberto Zingarello31 de enero de 2013, 23:21

    Muy interesante profesor! En la línea de Juan Revenga... Ya se me había olvidado lo de la densidad del alcohol y el concepto de las microlives resulta muy didáctico! Un saludo!

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    1. Es estimulante explorar nuevas formas de comunicar con la población, este concepto "microperiodo de vida" o "microlive" lo veo plástico y práctico para transmitir. Opino que debemos trabajar bien este tema del alcohol y si coincidimos en la misma dirección, mejor. Por cierto, buen Blog el de "El Nutricionista de la General".

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