lunes, 4 de febrero de 2013

Sé optimista, ¡come fruta!


De todos es conocido, aunque no siempre bien ponderado, que el consumo de frutas y otros  vegetales ofrece ventajas para la salud, como ya comentamos en otro post de este blog: Una ecuación saludable (3 +2 =5). Pero quizás algo que puede sorprendernos es que un estudio publicado a inicios de 2013 nos de a pensar que un consumo importante de frutas y vegetales puede influenciar el humor de las personas.

Para realizar estas observaciones, el equipo de investigación evaluó los niveles de nueve antioxidantes, incluyendo carotenoides y vitamina E, en la sangre de 982 estadounidenses (hombres y mujeres) de 25 a 74 años. A los participantes se le extraían muestras de sangre, se les hacía responder un cuestionario sobre sus comportamientos en la vida cotidiana, al tiempo que se establecía el nivel de optimismo de cada sujeto. Los resultados del estudio mostraron entonces que las personas que comen menos de cinco frutas y verduras al día son mucho menos optimistas que los que comen más frutas y verduras.

Realmente lo que los científicos de la Escuela de Salud Púbica de Harvard evidencian, es que los participantes más optimistas presentaban niveles sangíneos de carotenoides  que podían ser de entre un 3 i un 13% más alto que los sujetos menos optimistas.

De estos carotenoides, el más conocido es el beta-caroteno, un pigmento que se encuentra en aquellas frutas que son de color amarillo, naranja o rojo y en los vegetales, como por ejemplo en las zanahorias, pimiento rojo, moniatos, nabos, perejil, algas, berros y melón cantalupo. 




Sabemos que las frutas y verduras contienen una gran cantidad de antioxidantes que nos protegen contra ciertos problemas, seguramente por la reducción del estrés celular. Pero estas evidencias, nos hacen pensar  ¿podrían afectar nuestra mente y nuestras emociones? Y en caso de que esto fuera así ¿podría producirse un proceso de autoalimentación? Me explico si conocemos que las personas optimistas pueden tener una mayor tendencia a realizar comportamientos más sanos y, consecuentemente a consumir más frutas y verduras, esto les supondría una mayor carga de antioxidantes, incluidos estos carotenoides, lo que a su vez producirían más optimismo.

Estos curiosos resultados van en la misma dirección que otros obtenidos en un estudio Is Psychological Well-being Linked to the Consumption of Fruit and Vegetables? de la Universidad de Warwick, publicado en Social Indicadors Reasearch, que correlacionó que si bien, en algunos casos, el máximo nivel de bienestar se alcanzaba con el consumo de cinco raciones (80 g) diarias de frutas y verduras, los picos máximos de bienestar se correlacionan principalmente en torno al consumo de siete piezas. En resumen, que las personas que comían siete o más porciones de frutas y verduras por día eran más felices que las otras.

Parece que el bueno de Baloo ya lo intuía en su canción de la película El libro de la Selva, versión libre de Walt Disney sobre el libro de igual túmulo del escritor británico,  premio Nobel de literatura de 1907, R Kipling.


Por el motivo que sea parece ser que un consumo importante de frutas y vegetales tiene sus ventajas. Pero aumentar de golpe a cinco o siete  raciones de frutas y vegetales es complicado. No me cabe duda que un paso asumible es  tan simple como recomendar de forma rutinaria que aumentemos el consumo de una fruta al día, independientemente de las que tomemos ya. Cualquier momento del día  es bueno para incluirla.  Y cualquier día es bueno para empezar, sin embargo tal como nos cuenta Paco Camarelles en el blog educaciónpapps, la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Columbia y la Universidad Johns Hopkins propone que aprovechemos los lunes para cambiar nuestros estilos de vida (The Monday Campaigns).

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