¡Que compleja y sencilla es la tecnología! Todo a la vez. Y yo en pleno siglo XXI entre dos fuegos. Con la necesidad de estar a la última en esta sociedad de la comunicación, del intercambio, del conocimiento y pensando como utilizar su potencialidad en la divulgación y educación para la salud de la población. Y al tiempo con la precaución de pensar la posibilidad de quedarse atrapado en la tecnología o dicho de otra forma quedar "enredado en la 2.0".
Hace ahora aproximadamente un mes tuve la oportunidad de coordinar la edición del monográfico número 96 "Educación para la Salud 2.0" de la revista institucional "Viure en Salut". En ella, un repaso por el panorama de la red de redes y sus posibilidades en el mundo sanitario para los pacientes, para los profesionales y como si de una boda se tratara "para la salud y para la enfermedad". Os dejo el sumario de la revista para que podáis hacéros una idea del tipo de artículos que la componen.
Pero no oculto mis temores, buscando y navegando por la red veo la paradoja de algunos "enREDa2.0". Por ejemplo con las Apps. Una App es una aplicación de software que se instala en dispositivos móviles o tablets para ayudar al usuario en una labor concreta, ya sea de carácter profesional o de ocio y entretenimiento.
Existen muchas aplicaciones (apps) en la red. Practicamente una para cada pregunta que quieres contestar, es decir, para casi todo. Incluso para ayudar a los individuos a superar las adiciones. Este tema estaba explorando y lógicamente existen aplicaciones para ayudar a desengancharse del tabaco (Quitnow), a otras drogas ( Friends of Jimmy ; 12 steps AA Companion - Alcoholic Anonymous ), al sexo ( Sex addiction support ) o a la comida ( CraveMate ). También para las compras, los videojuegos y otros. Vistas estas cosas ¡Creo que no van a tardar mucho a desarrollar una app para desengancharse de las propias aplicaciones! porque las aplicaciones propiamente dichas también enganchan. Pensemos en Watsapp, Angry Words, Instagram, Facebook o Twitter en algunas personas su uso es realmente preocupante.
Una de las aplicaciones de mayor difusión para teléfonos móviles inteligentes es WhatsApp y existen personas verdaderamente enganchadas. Ansiedad, nerviosismo, tristeza, enojo afectaciones de nuestras relaciones sociales se pueden desencadenar cuando los WhatsApp enviados no son atendidos o no se reciben o se interpretan mitos como el doble check. Mirarlo cada poco tiempo para verso se ha recibido un nuevo mensaje y cuando no es así, sentir un sentimiento de desanimo. Me han llegado a decir de algunas personas que se auto-envía mensajes para poder escuchar el sonido de entrada de mensaje. Ante ello la gestión de la conectividad y la privacidad debe ser un objetivo prioritario. Apagarlo o entrar en horas concretas puede ayudar a ello, bloquear a las personas que no aporten nada, abandonar los grupos que ya no te interesan, ... En fin se debe comprender que esta aplicación es sólo una herramienta y no debe sustituir los entornos humanos. Pero también es verdad que lo que empieza como un juego puede acabar como una esclavitud.
Veo que conforme estiro del hilo me voy ratificando ¡Que complejo y sencillo es a la vez este mundillo! Cara y cruz. Debo seguir reflexionando en sus posibilidades.
Hace ahora aproximadamente un mes tuve la oportunidad de coordinar la edición del monográfico número 96 "Educación para la Salud 2.0" de la revista institucional "Viure en Salut". En ella, un repaso por el panorama de la red de redes y sus posibilidades en el mundo sanitario para los pacientes, para los profesionales y como si de una boda se tratara "para la salud y para la enfermedad". Os dejo el sumario de la revista para que podáis hacéros una idea del tipo de artículos que la componen.
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Pero no oculto mis temores, buscando y navegando por la red veo la paradoja de algunos "enREDa2.0". Por ejemplo con las Apps. Una App es una aplicación de software que se instala en dispositivos móviles o tablets para ayudar al usuario en una labor concreta, ya sea de carácter profesional o de ocio y entretenimiento.
Existen muchas aplicaciones (apps) en la red. Practicamente una para cada pregunta que quieres contestar, es decir, para casi todo. Incluso para ayudar a los individuos a superar las adiciones. Este tema estaba explorando y lógicamente existen aplicaciones para ayudar a desengancharse del tabaco (Quitnow), a otras drogas ( Friends of Jimmy ; 12 steps AA Companion - Alcoholic Anonymous ), al sexo ( Sex addiction support ) o a la comida ( CraveMate ). También para las compras, los videojuegos y otros. Vistas estas cosas ¡Creo que no van a tardar mucho a desarrollar una app para desengancharse de las propias aplicaciones! porque las aplicaciones propiamente dichas también enganchan. Pensemos en Watsapp, Angry Words, Instagram, Facebook o Twitter en algunas personas su uso es realmente preocupante.
Una de las aplicaciones de mayor difusión para teléfonos móviles inteligentes es WhatsApp y existen personas verdaderamente enganchadas. Ansiedad, nerviosismo, tristeza, enojo afectaciones de nuestras relaciones sociales se pueden desencadenar cuando los WhatsApp enviados no son atendidos o no se reciben o se interpretan mitos como el doble check. Mirarlo cada poco tiempo para verso se ha recibido un nuevo mensaje y cuando no es así, sentir un sentimiento de desanimo. Me han llegado a decir de algunas personas que se auto-envía mensajes para poder escuchar el sonido de entrada de mensaje. Ante ello la gestión de la conectividad y la privacidad debe ser un objetivo prioritario. Apagarlo o entrar en horas concretas puede ayudar a ello, bloquear a las personas que no aporten nada, abandonar los grupos que ya no te interesan, ... En fin se debe comprender que esta aplicación es sólo una herramienta y no debe sustituir los entornos humanos. Pero también es verdad que lo que empieza como un juego puede acabar como una esclavitud.
Siguiendo con esta pequeña excursión encuentro un artículo sorprendente: Pro-smoking apps for smartphones: the latest vehicle for the tobacco industry? del 2012 en Tobacco Control. Tal y como advierten los autores del estudio, muchos de estos apps, que además contienen imágenes explícitas de marcas de tabaco o imágenes que guardan una estrecha similitud con otra marca original, se presentan en las tiendas de Apple y Android como aplicaciones para dejar de fumar, a pesar de que este dato no está basado en ningún estudio científico que avale su eficacia. Un ejemplo claro son los apps sobre simulación de consumo de tabaco, en los que el usuario elige y enciende un cigarrillo de su marca preferida en su pantalla de móvil o de tablet, y que, como advierten los autores de la investigación, no sólo no ayudan a dejar de fumar, sino que la imitación de la conducta de consumo de tabaco más bien parece que favorece su establecimiento. Señalando la necesidad urgente de que se realice un control sobre este tipo de aplicaciones, con el objetivo de eliminar aquellas cuyos contenidos sean perjudiciales para el establecimiento de hábitos saludables en la población y, más si cabe, en aquellos países que poseen una regulación específica sobre la publicidad de tabaco (como es el caso de nuestro país).
Veo que conforme estiro del hilo me voy ratificando ¡Que complejo y sencillo es a la vez este mundillo! Cara y cruz. Debo seguir reflexionando en sus posibilidades.
Cierto!
ResponderEliminarPero como todo en la tecnología, el peligro viene de cómo se usan, no de su propia existencia: el teléfono puede servir para dar malas noticias o para amenazar a distancia pero también nos mantiene en contacto con aquellos que están ausentes e incluso existe el teléfono de la esperanza.
Estoy de acuerdo con Óscar. Si el "lado oscuro" de la tecnología no te absorbe, puede facilitar la vida. Pero ya sabemos que el "lado oscuro" es muy fuerte...
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