Aunque la salud no debería tener precio, siempre
he mantenido que comer saludablemente no tiene por qué ser caro. Pero un estudio, revisión con metaanálisis de otros 27 pertenecientes a diez países, publicado en la edición
digital de la revista British Medical Journal, que compara los precios de los
alimentos saludables y los patrones de la dieta frente a los menos saludables
concluye que los patrones de dieta saludable (dietas ricas en frutas, verduras,
pescado y frutos secos), cuestan más que las dietas no saludables (aquellas
ricas en alimentos procesados, carnes y cereales refinados). De media, el valor
de un día de los patrones de la dieta más saludable es alrededor de 1,5 dólares
(aproximadamente 1,1 euro) más por día que los de las menos saludables. En el
transcurso de un año los costos de los alimentos para una persona sube
alrededor de 550 dólares (unos 400 euros), lo que supondría una verdadera carga
para algunas familias. Los investigadores aducen que esta diferencia de precios
es pequeña en comparación con los costos económicos de las enfermedades
crónicas relacionadas con la dieta, que se reducirían dramáticamente por una
alimentación sana.
Esto
complica sobremanera el principio de promoción de salud de hacer fácil la opción saludable. La palabra fácil
podríamos sustituirla por accesible, competitiva o en última instancia, poner al
mismo nivel las dos opciones para que sea el ciudadano quien elija en igualdad
de condiciones ¿Difícil?
Siempre
podremos optimizar nuestras rutinas como consumidores para poder realizar una
dieta saludable a un precio razonable así que podemos ofrecer algunas ideas:
- Planifica-revisa-lista. Diseña el plan de comida semanal antes de realizar la compra. Incluye platos como guisos y estofados de legumbres y verduras que son económicos y nutritivos. Revisa los alimentos que ya tienes en casa y confecciona la lista de lo que necesitas comprar.
- Compra alimentos de temporada. Las frutas y verduras de temporada suelen tener un precio más ventajoso, más sabor y mayor frescura.
- Utiliza alimentos “costo-nutritivos”. Algunos alimentos presentan un precio razonable durante todo el año por ejemplo las legumbres, los huevos, pescado de piscifactoría, la caballa, los boquerones, las sardinas o el pollo y el conejo son alimentos baratos comparados con otros del mismo grupo.
- ¡Tirar la comida es tirar el dinero! Ajusta el tamaño de las raciones a los comensales. Evita que sobre comida preparada. Reutiliza las sobras, cambiando las preparaciones, añadiendo ingredientes y condimentando con especias y hierbas aromáticas.
- Fiambrera para comer fuera de casa. Compuesta por ración de verdura (ensalada), de farináceo (pasta con…) y de proteico (…atún) mas una fruta.
- El agua es la bebida por excelencia: saludable y barata. Preferible a las bebidas azucaradas y alcohólicas.
Sin embargo no podemos perder la perspectiva de que
en estos tiempos tenemos a nuestro alrededor personas que lo están pasando francamente
mal y por lo tanto debemos reconocer la función que cumplen diferentes
iniciativas solidarias. Por poner algunos ejemplos basta nombrar la centenaria
Casa de la Caridad, los Bancos de Alimentos, Nutrición sin Fronteras o el
Macarrón Solidario. Diferentes acercamientos a un problema que tenemos en casa.
Si tienes una celiaquía, te aseguro que se encarece mucho!!
ResponderEliminarPor supuesto, el informe de FACE (Federación de Asociaciones de Celiacos de España) para 2012 observó que en una dieta de entre 2.000 y 3.000 calorías, una familia debía afrontar un gasto extra de 1.525’18 euros al año, lo que supone un gasto extra semanal de 31’77 euros ¡Un 259’73% más en la cesta de la compra en comparación con quienes no sufren la intolerancia al gluten!
EliminarLas personas con este problema de salud hacen literalmente válido el aforismo de Hipócrates: "Que tu medicina sea tu alimento y que tu alimento sea tu medicina" Desde esta perspectiva ¿Deberían arbitrarse las mismas ayudas para su alimentación que en otras patologías para sus fármacos?