lunes, 17 de noviembre de 2014

De catarros, vitamina C y zumos naturales ¿Que hay de nuevo?


Por fin se ha hecho lugar entre nosotros el frio o sino, al menos, la bajada de temperatura. Tenía ganas de que acabara este verano de casi seis meses que hemos tenido. Pero observo que al mismo tiempo que el frío acampa entre nosotros los catarros o resfriados y gripes se dejan ver y sentir en nuestro alrededor.

En las conversaciones con los compañeros oigo referirse a todo proceso de árbol respiratorio como gripe y seguro que alguien comentará en unos meses que ha padecido varias gripes en este periodo de tiempo.

¿Sabemos distinguir los sintomas de un resfriado común de los de la gripe?



Y ¿qué podemos hacer para evitar estos problemas de salud?
La primera reflexión que quiero hacer parece obvia pero es necesaria: los catarros y los resfriados son infecciones virales. Esto significa que se transmiten, por contacto personal o bien a través del aire, de unas personas a otras y que si ahora las observamos con mayor frecuencia seguramente se debe a que en este periodo del año. por el frío, solemos hacinarnos en lugares cerrados y, posiblemente, menos ventilados.

Realmente los catarros y los resfriado (a pesar de su nombre) no se producen por el frío sino que coinciden con él. Para que nos entendamos, si tomamos como ejemplo los investigadores que viven por largas temporadas en la Antartida (con temperaturas bajo cero) no no tienen porque sufrir resfriados ni gripes a menos que llegue un nuevo sujeto enfermo y ... "se lo pegue". El contagio se produce por el contacto personal o bien a través de pequeñas gotitas de saliva que se emiten al hablar, toser o estornudar y que sirven de transporte de los microorganismos que se hallan en las vías respiratorias. Puestas así las cosas la principal conclusión a la que debemos llegar es que lo más importante  para evitar estos resfriados es minimizar la exposición al virus más que abrigarse. 

Las medidas simples más efectivas para disminuir el contagio son: lavarse de forma correcta las manos, debiendo ser cuidadoso al compartir artículos o instrumentos con personas que estén contagiadas, ponerse una mascarilla y saber estornudar.

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Por cierto en Japón,donde son muy considerados con los vecinos cuando se resfrían o tienen gripe, no quieren ir lanzando microbios a diestro y siniestro por ahí, y son grandes utilizadores de las mascarillas. Por otra parte el que no está infectado tampoco quiere contagiarse, así que se pone su mascarilla y sale protegido a la calle. Sinceramente creo que tienen muchísimas más posibilidades de pasar el invierno sin estornudar  que nosotros.


Y ¿que dice la ciencia sobre la vitamina C y los resfriados comunes?

Para comenzar, la vitamina C puede únicamente servir en caso de resfriado si una persona tiene niveles bajos de este nutriente, esto es, la vitamina C es necesaria e importante para tener unas buenas defensas pero sólo hasta cierto punto a partir de cierta dosis no se incrementa el efecto. En general, basta satisfacer los requerimientos diarios de vitaminas y minerales consumiendo una dieta equilibrada (una naranja de de esas que entran 5 en un quilo es suficiente para cumplir este menester).

Desde que fue aislada en los años treinta, la vitamina C se ha propuesto para el tratamiento de las infecciones respiratorias. Fue particularmente popular en la década de 1970, cuando el doble premio Nobel Linus Pauling concluyó a partir de los ensayos controlados que la vitamina C podía prevenir y aliviar el resfriado común. 

Una revisión Cochrane examinó 31 estudios sobre el efecto de la vitamina C y concluyó que:
  • un consumo regular vitamina C (>2 g/día) no aumenta la capacidad de una persona para evitar los resfriados, manifestando la misma predisposición. Sin embargo, en personas que viven en ambientes fríos o que realizan deportes duros, tipo maratón o esquí, los aportes extra de vitamina C sí pueden reducir la incidencia de resfriados.
  • la vitamina C acorta ligeramente la duración del resfriado. Si en un adulto la media de días de un resfriado es de 12 días, disminuiría a 11 días si esa persona alcanza los requerimientos recomendados de vitamina C a diario. Además, parece aliviar en parte los síntomas del resfriado, actuando a distintos niveles de la actividad inmunológica de los linfocitos, aumentando la integridad de las membranas mucosas, etc.
  • aumentar el consumo de vitamina C una vez contraído el resfriado no tiene ningún efecto sobre él. 
Entonces  ¿me tomo un vaso de zumo de naranja a diario? 
  • Lo primero que cabe destacar es que en contra a la creencia popular, "la vitamina C se conserva adecuadamente en el zumo hasta 12 horas, aunque el sabor de la bebida pueda volverse más amargo", es decir se pierde poco a poco, pero no al extremo de tener que ingerirlo en pocos minutos. 
  • También cabe recordar que a pesar de la buena prensa de los zumos naturales no debemos abusar de ellos, representan un cúmulo importante de azúcares. En el año 2013, tanto la Universidad de Harvard como el American Institute for Cancer Research aconsejaron limitar la ingesta de zumos a un máximo de un vaso pequeño al día
  • "Medline Plus" advirtió en 2010 de que los adultos podríamos llegar a engordar 5 kg al año si tomáramos dos vasos de zumo de naranja (casero o 100%) al día manteniendo estable nuestra ingesta y ejercicio habitual. En el 2013, dos estudios más observaron relación entre la ingesta de zumos y el riesgo de padecer exceso de peso o diabetes tipo 2



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