Quedo impresionado tras leer las declaraciones del diseñador alemán Karl Lagerfeld en las que afirma "Nadie quiere ver gordas en las pasarelas". Menuda la ha montado. No es la primera vez que el modisto de Chanel y H&M, entre otros, destapa la caja de los truenos: “Los estampados florales son para mujeres gordas de mediana edad”; “El cuerpo debe ser algo impecable; si no lo es, come menos y cómprate ropa de tallas menores”; “Hay gente que me dice que estoy demasiado delgado, pero esto siempre me lo dice alguien a quien no le sentaría mal perder unos kilos”.
Quizás una persona así no merezca siquiera que empleemos tiempo en él. Sin embargo me indigna que se frivolice tanto sobre un tema tan complejo como es la obesidad y si además, sirve para aumentar la presión sobre las mujeres con tan superfluos argumentos aún me parece más deleznable. Según él: "La moda es la motivación más saludable para bajar de peso". Yo no diría saludable pero si una motivación que a veces puede jugar una mala pasada a muchas y algunos. Y es que cuando hablamos de moda es inevitable hablar de tallas imposibles. El conoce por experiencia propia este tema. Su deseo de vestir diferente según los diseños de Hedi Slimane le llevó a hacer un cambio ponderal importante que el lo reflejaba así: "Ponerme esta ropa, lucida por chicos muy, muy flacos -y no por hombres de mi edad- requirió que perdiese por lo menos 36 kilos. Me costó exactamente trece meses".
Ya en 2008, el Instituto Nacional de Consumo realizó un estudio antropométrico para establecer la realidad de las mediciones de la población femenina en España, magistralmente resumido en esta infografía-gráfica de Gracia Pablos. Sin embargo 4 años después los patrones textiles no se han adaptado a los hallazgos encontrados. Si la Asociación de Creadores de Moda de España, la Federación Española de Empresas de la Confección, El Corte Inglés o Inditex se comprometieron a desterrar de sus escaparates los maniquíes de la talla 38 y a que la 46 no se considerase una "talla especial", en 2012 seguían encontrándose estos "modelos" como expositores.
http://www.elmundo.es/elmundosalud/documentos/2008/04/tallas.html |
Me he tomado unos minutos en revisar los índices de masa corporal de algunas famosas y descubro que algunas de ellas estarían bajo las sospechas de padecer delgadez: 19,38; 17,28; 16,30 ó 16,10 Kg/m2. Tras estas cifras se descubren mujeres como Angelina Jolie, Gisele Bundchen, Victoria Beckhan o Alessandra Ambrosio. ¿Son ellas las únicas que pueden ser "modelos" de pasarela y referentes para nuestras jóvenes? ¿Todas debemos ser semejantes a los estereotipos? Sinceramente, estas modelos que pongo a continuación son mucho más reales.
Uniformamos la alimentación, las ropas, la estética, las caras, el tamaño de los senos... Es más se nos oculta que cumplir años significa tener cambios y que, evidentemente no podemos a los 50 ser exactamente como a los 20, pero es que ¡no hay nada malo en ello! Las mujeres pueden presentar cambios en su peso (que no tiene por qué ser exagerado) con ciertos hitos de su cronobiología: la menarquia, embarazos o la menopausia. Pero todo ello puede desenvolverse en límites compatibles con la salud.
Un reciente estudio publicado en Journal of Women & Aging establece que sólo un 12% de las mujeres mayores de 50 años están satisfechas con su peso ¿Qué tenían en común este grupo de mujeres?: la normalidad de su peso (su media de IMC fue de 21,4 Kg/m2); la práctica de una media de 5 horas (300 minutos) semanales de ejercicio físico y el hecho de ser conscientes de su peso (lo hacían un par de veces por semana). Así visto era todo un esfuerzo y proceso proactivo y consciente de propósito. Pero además había algunas cosas por las que las mujeres satisfechas, en general, no se preocupaban. Solo un 10 por ciento de ellas declararon que habían seguido una dieta con frecuencia en los últimos 5 años. Por el contrario entre las mujeres insatisfechas este porcentaje subió al 39%. Sus autores apuestan por variar los modelos o patrones para aceptar la biodiversidad de los cuerpos y para ello, basadas en su experiencia con grupos de mujeres proponen: centrarse más en la salud que en el peso; comer de forma variada; utilizar ropa adecuada a su talla; ver películas de países distintos y evitar revistas de moda. Pueden resultar curiosas pero son de gran sentido común.
Me ha encantado tu post, vivo de cerca una enfermedad grave, la anorexia crónica de mi hermana, y me indignan los comentarios frívolos que pueden hacerse en torno a las tallas, como el que muy bien comentas tú.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho el enfoque tan clarito de la entrada, gracias.
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