La búsqueda de la felicidad es una de las grandes
tareas que nos planteamos los humanos. Todos la anhelamos y a pesar de ello,
nos resulta difícil definirla. Claro está que cada uno tiene su propia idea.
Podríamos encontrar tal variedad de definiciones que resulta casi imposible
encontrar una definición que aúne este amalgama de puntos de vista. Para
algunos la felicidad “es la ausencia de miedo” o “ un equilibrio entre lo
que se piensa, lo que se siente y lo que se dice” o “es un estado
del ánimo que se complace en la posesión de un bien” o “disfrutar de la vida” o
“satisfacción con la vida en general” o “una emoción que se experimenta en el
presente” o...
(puedes añadir tu definición en comentarios).
Aún
sin tener una definición univoca, en una reciente encuesta
se refiere que un 69% de los españoles se declara feliz. En este estudio, las personas que
se declaran felices tienen mejores relaciones con su familia, amigos y
compañeros de trabajo. Las personas que afirman ser más felices les encanta
ayudar a otras personas, mostrar su afecto con besos y abrazos, conocer gente
nueva, tener invitados en casa, escuchar música y tener tiempo para disfrutar
de sus aficiones e intereses.
Las características de la persona feliz
en esta encuesta fueron: ser mujer, tener pareja, hijos, vivir cerca del lugar
de trabajo, practicar deporte, utilizar el autobús como medio de transporte,
dormir y descansar lo necesario y tener menos enfermedades.
Sobre la relación entre felicidad y
salud, el grupo de personas que se declaró más feliz valoraba mejor su estado
de salud tanto general como a nivel emocional. Algunos elementos que contribuían
a esa mejor valoración fue la practica de algún tipo de ejercicio y la
presencia de menos enfermedades. Las personas más felices se sentían más
saludables.
Pero el hecho de no participar de
la salud, según la definición OMS, puede no suponer problema alguno para ser
feliz. Puede ser feliz la persona que ha roto psicológicamente con la realidad
y puede ser feliz una persona que padece una enfermedad crónica. Yo así lo
creo.
También creo que la persona feliz
es más proclive a estar sana, ya que por definición para conseguir la felicidad
hay que esforzarse y esta característica es un rasgo presente de las personas
proactivas. El psiquiatra Enrique Rojas refiere que para proteger la felicidad
se requiere además de una adecuada carga genética, hablar (comunicarse),
dormir, practicar actividad física, ser flexible ante situaciones límite
(resiliencia), participar de un pensamiento positivo, ser capaces
de poder explicar las situaciones, presentar una adecuada autoestima, tener
actividades y compartimentos variados que provean de felicidad y, como no,
gozar de sentido del humor.
La felicidad ¿se transmite?
Fowler y Christakis [Dynamic spread of happiness in a large social network: longitudinal analysis over 20 years in the Framingham Heart Study. Fowler JH, Christakis NA. BMJ 2008;337:a2338 doi:10.1136/bmj.a2338] realizaron un estudio en el que siguieron a más de 4700 personas durante 20 años, y observaron que la felicidad se disemina a través de las conexiones sociales hasta el punto que cuando una persona es feliz , un amigo que viva cerca (a menos de 1,6 km aproximadamente) tiene un 25% más de probabilidades de serlo.
Fowler y Christakis [Dynamic spread of happiness in a large social network: longitudinal analysis over 20 years in the Framingham Heart Study. Fowler JH, Christakis NA. BMJ 2008;337:a2338 doi:10.1136/bmj.a2338] realizaron un estudio en el que siguieron a más de 4700 personas durante 20 años, y observaron que la felicidad se disemina a través de las conexiones sociales hasta el punto que cuando una persona es feliz , un amigo que viva cerca (a menos de 1,6 km aproximadamente) tiene un 25% más de probabilidades de serlo.
Si vives en pareja y esta es
feliz tu probabilidad de serlo aumenta siempre y cuando viváis juntos. Este
valor sube al 34% cuando se trata del vecino de al lado y se dispara al 63%
cuando existen amigos mutuos en distancias inferiores al 1,6 km. Sinceramente
creo que esto es un gran hallazgo. Si somos capaces de aumentar la felicidad de
una persona, podremos actuar en cascada sobre la felicidad de sus ”conectados”
y este efecto es capaz de influir hasta al amigo de nuestro amigo. Como dicen
estos autores: la felicidad como la salud es un fenómeno colectivo.
¿Puede ser un país feliz?
Y ¿qué más colectivo que la felicidad de todo un país? El
año pasado Brasil se unió al minoritario grupo de países que incluyen esta
palabra en su constitución, junto Japón, Corea del Sur y Bután. Bután, situado
entre China e India, es un pequeño reino del Himalaya que fue pionero, ya hace
más de 35 años, en anteponer la felicidad al producto interior bruto, creando el
índice de la Felicidad Interior Bruta.
El concepto butanés de la felicidad interior bruta se
sostiene sobre cuatro pilares, que son las que deben inspirar cada política del
Gobierno:
- Desarrollo socioeconómico sostenible y equitativo.
- Preservación y promoción de la cultura.
- Conservación del medio ambiente.
- Buen gobierno.
Todo esto lo expongo esta semana en la que la multinacional
de la “chispa de la vida” a través de una fundación ha organizado, (en tiempo
de crisis), el II Congreso Internacional de la Felicidad. Espero que hayan
diseminado multitud de ideas para que podamos reflexionar sobre la felicidad
por que al fin y al cabo, su consideración hará que la sociedad sea más
saludable.
Quizás la felicidad sea realmente el disfrute del
camino de su búsqueda, o como cantan Sole Jiménez y Ana Belén: algunos
momentos de descuido o tres segundos conquistados al olvido.
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