Cada año, más
de 50.000 personas mueren prematuramente en España debido al consumo de tabaco.
Para que nos hagamos una idea más concreta. ¿Cómo estaríamos de conmocionados
si durante un año cada día se estrellara un avión con más de ciento treinta y
cinco pasajeros a bordo, sin que quedase superviviente alguno? La mortalidad
por tabaco es dramática. De cada 1.000 muertes que se producen en España, 142
se deben al consumo de tabaco que podemos compararla con otra causa prevenible como
son las 20 que se producen por accidentes de tráfico. Además el 90% de los
bronquíticos crónicos, el 95% de los cáncer de pulmón y el 30% de las
coronariopatías están ligados a su presencia. Estas enfermedades caerían bajo
mínimos si pudiéramos hacer que el tabaco desapareciera.
Pero esta circunstancia es más
grave si pensamos que la exposición de un no fumador a un ambiente con humo de
tabaco incrementa el riesgo
de sufrir cáncer de pulmón entre el 20 y el 30% respecto a los no expuestos o el
riesgo de mortalidad por enfermedad isquémica del corazón se aumenta en un 25%
o el riesgo de infarto de miocardio supera el 80% en relación a los sujetos no
fumadores. ¿Hacen falta más datos para convencernos de que el tabaco es uno de
los principales enemigos de la salud?
La combustión del tabaco
origina un tipo de humo que contiene más de 4.000 sustancias químicas. Se ha
identificado 69 agentes carcinógenos en el humo del tabaco, como los
alquitranes (similares a los utilizados para asfaltar carreteras y calles), el
arsénico (veneno mortal); el cadmio y níquel (utilizados en baterías); cloruro
de vinilo (como el de los antiguos discos de música); la cerosota (componente
del alquitrán); el formaldehído; el polonio 210 (radioactivo) o el uretano
(utilizado para embalajes).
Los fumadores
están atrapados en una droga consentida (aunque su consumo sea un sin sentido)
que cuenta con las tabacaleras como sus principales promotores (“business is business”) y los estados como cómplices,
no siempre capaces de parar los pies a estos mercaderes de la enfermedad y la
muerte. Pienso en voz alta: ¿Tiene sentido invertir en el tratamiento de
enfermedades que el mismo sistema consiente y permite?
A veces las
frases hechas sólo esconden ciertas creencias que no siempre son correctas:
“Fumo por que me gusta”, “Yo controlo”, “El tabaco me quita los nervios” o “De
algo hay que morir”. Podéis descargaros el libro 50 mitos del tabaco
para descubrir muchos razonamientos erróneos.
31-mayo-2012 Dia mundial sin tabaco |
En otra entrada en el mes de marzo de 2012 ya hablamos de la defensa colectiva de la salud que deberíamos plantearnos contra la industria del tabaco. La Ley 42/2010, de 30 de diciembre, de medidas sanitarias frente al tabaquismo y reguladora de la venta, el suministro, el consumo y la publicidad de los productos del tabaco protege a menores y no fumadores de los ambientes con humo, ofrece la posibilidad de realizar quejas ante la administración que en caso de ser procedentes acabarán en sanciones contra aquellos que incumplen las normas, pero aún queda lejos de poner al alcance de los atrapados por el tabaco de todo el arsenal disponible para facilitar el abandono del tabaco.
Yo no he fumado de forma regular pero facilitar el saludable camino de
la cesación del tabaco me parece fundamental y creo que es interesante
movilizarme en cualquier caso para poder compartir mi comprensión con aquellos
que desean dejar de fumar. Sería una buena idea crear una cadena de
exfumadores. Personas que quieren dejar de fumar, se proponen hacerlo y
siguiendo nuestra filosofía de contagio lo pregonan e invitan a otros fumadores
para que se unan a ellos. A aquellos que ya lo habéis conseguido ¡enhorabuena!
Y a los que os lo estáis decididos o pensando en dejároslo contáis con mi
simpatía, desde este blog os animo a que podáis recomendar o visitar estas webs
que realizan propuestas contrastadas y llenas de ideas y consejos para
conseguirlo. Me he paseado por muchas y, sinceramente, estas son muy
interesantes. La primera es objeto además de un estudio para la incorporación de la misma como tratamiento por investigadores de la Facultad de Psicología de la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED). La segunda que os propongo es muy dinámica y motivadora y es una iniciativa de una multinacional farmacéutica (pero "no vende su producto")
Estos son
algunos de los beneficios contrastados que se pueden encontrar al dejar de
fumar. En tan sólo 20 minutos, la presión arterial y la frecuencia cardíaca se
normalizan. En 24 horas, el monóxido de carbono desaparece del organismo. En 48
horas desaparece por completo la nicotina del cuerpo. A los tres meses se evidencia
una mejora de la circulación. Los pulmones abandonan la tos y los pitos en
aproximadamente seis meses. En cinco años el riesgo de enfermedad
cardiovascular (infartos, etc...) se reduce a la mitad y en 10 años se reduce a
la mitad el riesgo de padecer cáncer de pulmón. Claro está que el intento no
está exento del síndrome de abstinencia y pequeñas incomodidades que cualquier
sustancia adictiva tiene, pero todo es pasajero.
Para escuchar
un poco de música os dejo este Eh, Sabina (Sabina y Viceversa) en cuyo estribillo nos lo deja
claro: “ten cuidado con la nicotina”
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