martes, 22 de enero de 2013

¿Comer menos para ganar más años?



La muerte es inoxerable pero yo siempre me he propuesto burlar su llegada. Que paradoja ¡Con lo que me gusta la puntualidad, ahora pregono llegar tarde a mi propio funeral! Me consuela que después de Japón, somos el país más longevo del mundo.  La esperanza de vida en España en 2010 al nacer se situó en los 79 años para los hombres y en los 84 para las mujeres, un gran registro si recordamos que poco más de 100 años (1901) tan solo estaba en 35 años. 

Pero si mi propósito es vivir hasta una edad muy avanzada, tendré que pensar en ir superando muchos y diferentes obstáculos. Un primer paso a dar será evitar las principales causas de muerte, que según el  Instituto Nacional de Estadística (INE) fueron para el 2010 las siguientes:
  • Enfermedades isquémicas del corazón 
  • Enfermedades cerebrovasculares 
  • Cáncer de bronquios y pulmón 
  • Insuficiencia cardiaca
  • Enfermedades crónicas de las vías respiratorias inferiores
  • Demencia
  • Enfermedad de Alzheimer 
  • Cáncer de colon
  • Diabetes mellitus 
  • Enfermedad hipertensiva  
(En las mujeres se debe tener en cuenta que este ranking incluiría también el cáncer de mama)

Apunto algunas ideas para disminuir el riesgo de las cardiovasculares, de algunos tipos de tumores y de la diabetes. Deberé realizar una alimentación saludable, mantener un peso adecuado, practicar actividad física y evitar fumar. También podré esquivar otros riesgos si evito las drogas, el abuso del alcohol, las prácticas peligrosas de conducción,  ambientes contaminados y la violencia (incluidos los conflictos bélicos).

También deberé cuidar otras circunstancias: contar con una adecuada higiene, la vacunación contra ciertas enfermedades, practicar sexo de forma segura y consultar a profesionales sanitarios competentes.

Pero una vez llegado a este punto la pregunta que me planteo es ¿podría conseguir una longevidad aún mayor?¿Evitar el envejecimiento? Por supuesto que no hablo de una cuestión cosmética, "de chapa, pintura y tuneo" sino de la posibilidad de contrarrestar los procesos bioquímicos degenerativos. Y aunque la búsqueda de un arma mágica, el "elixir", contra el envejecimiento ha sido aspiración de todas las culturas, creo que en la actualidad no existe, con rigor científico, ningún tratamiento verdaderamente eficaz. Buceando en esta cuestión he tropezado con estas estimulantes experiencias.


J. Sabina: "Si lo que quieres es vivir 100 años..."

En 1935, un experimento demostró que una dieta baja en energía era capaz de prolongar la vida media de las ratas intervenidas en comparación a aquellas que se alimentaban libremente [JMcCay CM, Crowell MF, Maynard LA. The effect of retarded growth upon the length of life span and upon the ultimate body size. Journal of Nutrition 1935, 10: 63-79]

Posteriormente se ha reproducido este experimento con levaduras, gusanos, hámsters, perros, monos, etc. Todavía no hay suficientes investigaciones para determinar si los seres humanos con dietas de restricción calórica vivirán más tiempo, pero las observaciones de los cambios fisiológicos causados por ella indican que los efectos de longevidad pueden esperarse en humanos. 

Parece ser que esta restricción a nivel molecular influye en varios genes denominados sirtuin, (SIRT1, SIRT3 y SIRT4) cuya activación produce enzimas que aumentan la actividad de las mitocondrias y retardan el proceso de envejecimiento de las células.

No estamos ante un único efecto de disminuir la alimentación excesiva para evitar sus problemas por exceso, sino por una actuación que produce además efectos objetivables.  La adaptación se producirá poco a poco y hemos de recordar que nuestro organismo está mejor adaptado para pasar hambre que para la abundancia alimentaria. Algunos efectos esperados de la restricción calórica podrían ser: 
Tomado de Am J Clin Nut 2003 Sep;78(3):361-9
Pero también se han observado efectos colaterales importantes en estas experiencias como por ejemplo la detención del crecimiento. En un estudio se demostró como los ratones con restricción calórica del 40% solamente crecieron el 51% del tamaño de los ratones alimentados sin restricción alguna. En una interpretación lineal, poco metodológica pero didáctica, es como si un adulto humano alimentado en estas condiciones pesara 35 kg en vez den su peso normal de 68 kg. En teoría estos seres humanos podrían vivir hasta una edad de 120 años (en condiciones ideales), pero su pequeño tamaño, equivalente al de un niño de 10 años de edad, sería en cualquier caso una desventaja social.


Para obtener el máximo beneficio, las personas habrían de recortar su ingesta calórica un 30%, esto es para una ingesta de 2500 calorías debería quedar una dieta de 1750 calorías /día pero conservando las ingestas recomendadas de los nutrientes.  Realmente este ajuste tan exigente sería soportado por pocas personas cuando su duración fuera prolongada y debe ser distinguido de circunstancias como la restricción obligada en épocas de hambruna o de la anorexia donde la restricción voluntaria es  indiscriminada y no están presentes todos los nutrientes.  Los estudios actuales lo que pretenden es buscar alguna forma de remedar la restricción calórica, esto se conoce como la mímesis de restricción calórica, utilizando sustancias activas que piedad reproducir sus acciones (el reverastrol y la rapamicina son candidatos a ser estudiados en profundidad). Una reciente revisión sobre el tema intenta ordenar todos estos conceptos. 

¿Será este el secreto de los monjes cartujos que hacen alarde de su longevidad? 









8 comentarios:

  1. Fabrizio Alberto Zingarello23 de enero de 2013, 0:43

    ¡Muy interesante profesor! Siempre ha sido un tema que me ha gustado mucho pero por desgracia no lo tenemos tan "fácil"...parece ser que la restricción calórica no tiene efecto en la longevidad de los primates aunque sí en otros aspectos relacionados con la salud.
    http://www.nature.com/news/calorie-restriction-falters-in-the-long-run-1.11297

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    1. Como bien dices los resultados son contradictorios y la reducción drástica de las calorías y la esperanza de vida depende seguramente de muchos factores más. Irónicamente era la razón de la introducción que hacía a este post aunque el tema no deja de ser estimulante.

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  2. Habrá que ver que no nos pase como el chiste: "probablemente viva ud. mucho, pero lo que se va a aburrir...".
    Tal vez debamos pensar en mejorar la calidad de vida de los años que vivamos, más que en aumentar estos.
    No obstante, lo del resveratrol siempre es una esperanza.
    Gracias, Joan.

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    1. La vida también podría considerarse como una superficie de dos magnitudes: largo (longevidad) y ancho (calidad). Pero esta superficie no tiene obligatoriamente que ser una constante "si aumento la longitud disminuyo la amplitud" y viceversa. El reto está en conseguir una amplitud interesante sin sacrificar la longitud. Pero en la historia "natural" del hombre el orden de factores ha sido inverso, hemos conseguido alargar la vida y ahora estamos inmersos en dotar de calidad esos años. ¡Hemos de armonizar las dos magnitudes!

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  3. Yo voto por la sencillez...no todo lo bueno engorda. Hay que mantener el equilibrio entre el placer, la diversión y los hábitos saludables (no tienen que ser aburridos o incómodos). Los hábitos saludables sirven para vivir más y también mejor. Hay que terminar con el tópico que nos lleva a elegir entre vivir más pero sufriendo o menos con placer...salud!

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    1. Bienvenido Cristóbal, es un placer contar con vuestra participación que da vida a este tipo de iniciativas.
      Totalmente de acuerdo que la práctica de estilos de vida saludables no debe estar reñida con la diversión y el placer. Los promotólogos deberíamos tomarnos muy en consideración que las opciones saludables deben ser sencillas, estar en igualdad de disponibilidad que otras y además ser competitivas en tanto en cuanto colmen la escala de valores de las personas. En definitiva: accesibles, agradables y apetecibles.

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  4. Mariángeles Cuenca24 de enero de 2013, 12:01

    Desgraciadamente, cuando miro a mi alrededor, me pregunto: ¿para qué vivir más si todo el mundo está deseando que te mueras?, ¿por llevarles la contraria? Se le ha "escapado" hasta al ministro japonés de Finanzas, en cuyo país más de 30 millones de personas superan los 60 años http://www.guardian.co.uk/world/2013/jan/22/elderly-hurry-up-die-japanese . Pienso que la de nuestros padres es la última generación que, en un porcentaje por mi desconocido, va a recibir cuidados y amor por parte de sus familias. Y si este porcentaje se ha incrementado ultimamente en el capítulo "cuidados" ha sido por motivos economicistas: Es el anciano, o el dependiente, el que mantiene sustancialmente la economía familiar. Y a lo que va todo esto: Ni alimentación, ni fármacos (solamente, quiero decir) ... si uno no tiene ilusión de vivir, se muere. Perdona si soy tan pesimista pero, sin olvidarnos de la salud -me declaro fiel seguidora, y coincidente, de tus opiniones y consejos-, lo que habría que promover, y mucho, es la humanidad.

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    1. Solidaridad, humanidad... creo que tienen que ver mucho con la salud pero con una concepción más ambiciosa de la típica definición OMS de 1946 ("completo estado de bienestar físico, psíquico y social y no sólo ausencia de enfermedad"). Los principios implicitos en la definición formulada en el X Congreso de Metges i Biòlegs en Llengua Catalana (Perpignan, 1976) son los que arropan perfectamente tu opinión:
      “La salud es aquella manera de vivir que es autónoma, solidaria y gozosa”.
      Desde este punto de vista está bien dar años a la vida pero sin olvidarnos de dar salud (Perpignan, 1976) a esos años.

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