La gripe ya está en su punto álgido. Ha llegado rezagada como los rigores del invierno. Y este fin de semana el tiempo ha dado media vuelta de tuerca y nos sorprende con otra bajada de temperatura ¡Que le vamos a hacer! Me molestan estas previsiones, cada vez más certeras, que hacen bueno el dicho: ¡Siempre llueve cuando no hay escuela! Con las cifras de gripe disparadas, las aulas están medio vacías.
Pero la cuestión que me planteo no es tanto la virulencia y severidad de esta gripe estacional sino ¿Podemos procurarnos medidas para no "contagiar (nos)" de gripe?
La primera reflexión parece obvia pero es necesaria. Se nos olvida a menudo que la gripe, los catarros y los resfriados son infecciones virales. Lo que significa que no se producen por el frío sino que se transmiten de unas personas a otras. Para que nos entendamos, los investigadores que viven por largos periodos en la Antartida (con temperaturas bajo cero) no sufren resfriados ni gripes a menos que llegue un nuevo sujeto enfermo y les contagie. De esta forma deberemos "poner en cuarentena" el aforismo de las personas mayores que, preocupadas por nuestra salud, nos insisten en abrigarnos y no "coger" frío para no contraer la gripe o un resfriado, cosa que no tiene sentido sino contamos con el germen responsable. Así la principal conclusión a la que llegamos es que es más importante minimizar la exposición al virus de la gripe que abrigarse. Sin embargo, no podemos olvidar que se producen más catarros y gripes durante el invierno cuando el frío hace que nos hacinemos en lugares cerrados y, en ocasiones, menos ventilados.
Siendo prácticos como el contagio se produce por el contacto personal o bien a través del aire (gotitas de Flügge) existen medidas simples efectivas para disminuir el contagio como son lavarse las manos o saber estornudar. Así que será mucho más práctico, para evitar la infección si no te has vacunado, aprender a hacer correctamente estas acciones y tener cuidado al compartir artículos o instrumentos que ponerse capas de abrigo, bufandas o gorros de lana para no "enfriarse".
Con las nuevas medidas dictadas "contra la crisis" no son de extrañar actuaciones personales tan contraproducentes para una enfermedad como las que encontramos en esta noticia.
Estornudar de forma segura
Aprender a estornudar para no diseminar ni contagiar sólo requiere de voluntad y de práctica. Todos conocemos que es mejor poner el pliegue del codo que la mano. Si protegemos el estornudo con la mano es mejor utilizar un pañuelo de papel desechable. Pero vale la pena aprender a a hacerlo de forma correcta. Entre los múltiples vídeos demostrativos y educativos para enseñar esta habilidad que he consultado, el más simpático es sin duda este dónde Elmo y Rosita nos hacen una demostración práctica de esta acción, dedicado al mundo ¿infantil? Atención educadores y demás agentes de salud.
Una buena técnica para el lavado de las manos
El lavado de manos frecuente es quizás la principal medida higiénica para la prevención de la gripe. En 2005 la American Society for Microbiology hizo un estudio sobre el hábito de lavarse las manos y, entre otras conclusiones, evidenció que sólo el 32% de las personas encuestadas se lavaba las manos después de toser o estornudar tapándose la boca. Sin embargo, piensa que si posteriormente alargas una porción de pizza a un amigo tuyo sin haberte lavado las manos, de nada habría servido haberse preocupado de taparse la boca al estornudar.
Si hubieras realizado el estornudo con la maniobra que hemos descrito o si te hubieras lavado bien las manos disminuirías sobremanera el riesgo de contagio.
El lavado de manos es una actuación que debe durar entre 40 y 60 segundos y debe ser tan concienzuda como la cadena de imágenes que se muestra a continuación:
Mójate las manos con agua.
Pon el jabón necesario para cubrir todas las superficies de las manos.
Frota una palma con la otra.
La palma derecha sobre el dorso izquierdo, entrelazando los dedos y viceversa.
Palma con palma, con los dedos entrelazados.
Ten cuidado al compartir utensilios, artículos y objetos en épocas de infección
Dado que la mayoría de personas continuamos la marcha habitual a pesar de las infecciones, al menos en su inicio, hemos de pensar que la mayoría de instrumentos que compartimos pueden servir de transmisores de una infección: teclados, bolis, monedas, manillas de puertas, etc... Así que de nuevo debemos destacar la necesidad de limpiar bien nuestras manos y debemos poner especial atención incluso en los enseres de secado de nuestras manos (sobre todo en el hogar). Las toallas de papel son una buen recurso a considerar.
Algunos estareis pensando que he olvidado hablar de las vacunas pero quizás lo he hecho inconscientemente porque ahora (en estos momentos de la infección) ya hemos llegado tarde. Por eso será motivo de una entrada en otro momento, hacia el otoño.